Visita fábrica de chocolates | Bombones artesanos de Cuenca
La fábrica de chocolate artesano está ubicada en un paraje espectacular y libre de toda contaminación que pueda alterar sus productos. Además, próxima a una de las calzadas romanas que unía Segóbriga hacia Cueva del Hierro, que fue también paso del cacao transportado por los monjes del Monasterio de Piedra.
Los religiosos llevaban las primeras habas de América desde el puerto de Sevilla al Monasterio de Uclés y de ahí a tierras de Aragón, primer sitio de España donde se fabricó chocolate, por lo que de alguna manera la localidad Conquense está estrechamente relacionada con la producción de este rico dulce.
Tarifas:
Adultos (+13 años): 5 €
Niños: (3-12 años): 3 €
¿Conoces los orígenes conquenses del chocolate en Europa?
Es Hernán Cortés el que menciona a Carlos I en sus misivas desde América, que los indígenas bebían este líquido espeso. Los aztecas lo elaboraban a partir del haba del cacao, lo aromatizaban con hierbas, vainilla, pimienta y otras especias como la guindilla (sí, guindilla… sin comentarios), para obtener un líquido espeso, oscuro y espumoso que bebían frío o a temperatura ambiente.
El aventurero Hernán le decía a Carlos I, entre otras cosas, que con esa bebida los guerreros indígenas aguantan como jabatos jornadas enteras de esfuerzos. Los mismos españoles que lo probaron recuperaban fuerzas a paso de gigante después de tomar el brebaje compuesto por cacao. Por lo tanto, el Mensaje de Hernán captó inmediatamente el interés del Emperador Carlos I, por la importancia que tenía para alguien que asentaba su imperio sobre las picas de los Tercios (pues una bebida así los haría todavía invencibles).
En el siglo XVI un monje de la orden del Cister, Fray Jerónimo de Aguilar, que acompañó a Hernán Cortés a México y García López de Cárdenas, descubridor del Cañón del Colorado e hijo del ultimo Maestre de la Orden de Santiago envían una buena muestra de cacao y varias recetas al monje encargado del monasterio de la Orden de Santiago en Uclés (Cuenca), donde cuenta la leyenda que los monjes en la Ermita de San Roque, es decir, donde hoy estamos situados, tuvo lugar un trueque de pertrechos y habas de cacao, para llegar al monasterio de Piedra, con una de las posibles recetas para la elaboración de “xocoalt” o cacao. Estos monjes lo llevaron por esta ruta, (primera ruta del cacao) por Jábaga, al Abad, Antonio de Álvaro del Monasterio de Piedra (Zaragoza), en 1534 (primer Obrador de chocolate de Europa).
En una visita a Uclés del conquense Julián Romero Ibarrola (probablemente en el momento donde lo nombraron caballero de Santiago) supo del chocolate llevándolo con él al camino Español a Flandes, y sus tropas enseñaron a los suizos y belgas, entre otros, a hacer y trabajar el chocolate al estilo español, llevando ese camino Español que durante años atravesó Tierras Italianas, Austriacas, Alemanas, Suizas y Belgas…el honor y el saber…a hacer chocolate, claro… aunque “unos cardan la lana y otro llevan la fama..”
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